En el curso de la semana ocurrieron dos hechos que no deberían dejarse de lado, aunque uno de ellos se da en forma casi repetida como es el caso de la violencia escolar, ya sea en algunas oportunidades por los propios alumnos y en otros por los padres. En relación a este tema se supo, pero sin confirmación oficial, que un papá habría ingresado furioso a un colegio secundario de esta ciudad en el curso de la semana y llegó hasta romper muebles del establecimiento. Por otro lado, quizás el más preocupante, es el ingreso a la institución escolar de un alumno de 13 años totalmente drogado que tuvo que ser hospitalizado en forma inmediata. Recuperar el valor de la vida en familia es fundamental en estos tiempos y servirá para superar este tipo de flagelos.
Especialistas en el tema indican que en ambos problemas un factor que interviene fuertemente es el de la descomposición familiar y como consecuencia la social. ¿Están preparados los colegios para afrontar este tipo de situaciones?, ¿Hay personal idóneo en el tema?. Si bien los docentes vuelcan su mejor voluntad para afrontar esta problemática, También se evidencia que estas realidades son muy difíciles de enfrentar y resolver por los colegios, debido a la carencia de personal formado y de programas destinados a su atención.
La venta de sustancias ilícitas en cercanías de colegios ha llevado a generar por parte de la policía y divisiones específicas que trabajan en el tema a realizar este último tiempo procedimientos a “kioscos” de venta de droga que se encuentran en cercanías o en inmediaciones de instituciones educativas.
Todos los procedimientos realizados han dado positivo. Es decir que siempre se encontró droga y otros elementos que hacen a su comercialización. En uno de los últimos operativos realizados en General Pico, la división de Toxicomanía demoró a cuatro personas que supuestamente habían llegado para comprar marihuana. Tres de ellos eran menores de edad.
Esta realidad escapa a los límites de las instituciones escolares. El abordaje ya no forma parte solamente de los docentes que en algunos casos enfrentan este problemaa de manera activa, crítica y responsable, ni del trabajo policial realizando procedimientos contra aquellos que venden droga. El tema tiene muchas aristas por lo cual requiere de programas escolares o extraescolares que atiendan esta problemática.