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El piquense, Diego Pascual, participó en el Cruce Columbia: “Fui con ocho compañeros y volví con ocho amigos”



El Cruce Columbia se realiza desde hace 14 años en la Patagonia en el mes de febrero, durante el verano austral.El objetivo de la carrera es cruzar los Andes, uniendo Argentina y Chile, en una distancia de más de 100 kms, divididos en 3 etapas. Dado que la Cordillera de los Andes ofrece muchísimos pasos por donde unir ambos países, el recorrido cambia todos los años, manteniendo siempre marcos geográficos únicos en el mundo. Diego Pascual, píquense de nacimiento, de 41 años, casado con Lilian Zavatarelli participó de la riquísima experiencia y dialogó con pampadeportiva.com para contar esta  impresionante travesía. “Quiero agradecer a mis padres y hermanos que siempre están pendientes de lo que hago y también a mis compañeros de grupo.  Sin su empuje en los entrenamientos, en las carreras previas, y los apoyos en esta competencia no hubiese podido.  


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Los lugares en los que se desarrolla el evento son de una belleza inigualable. Los corredores atraviesan montañas y volcanes, cumbres nevadas, bosques, lagos, valles y zonas rocosas.

A pesar de realizarse durante el verano, las variaciones climáticas son enormes. Algunas ediciones han sido acompañadas de días de sol espectacular, con una temperatura que puede llegar a los 20º. C. Otras, sin embargo, enfrentan a los corredores con situaciones climáticas verdaderamente adversas que pueden incluir frío, nieve, intensos vientos y lluvias copiosas.

Por todo esto, la exigencia física para los corredores es enorme y requiere de un intenso entrenamiento previo. Es una carrera para quienes aman la aventura y están dispuestos a enfrentar 3 días corriendo y viviendo en medio de las montañas, soportando todas las dificultades que ello implica.

Diego

-En esta última edición han venido 2500 corredores de más de 30 países, según han publicitado los organizadores del evento.  Más allá de los paisajes y de la carrera en sí, el evento posee una gran organización y provee a quienes corren de todo aquello que puedan necesitar.  Los senderos están marcados, hay puestos de hidratación, puestos médicos en algunos puntos de las carreras y, a llegar a los campamentos, los servicios que se brindan son completos, desde carpas comedores, carpas médicas, lugares bien señalizados para retirar bolsos, cargas baterías, en fin, al ser una 14 ediciones, el evento cuenta con una importante logística.

 –La carrera consiste en correr 102 km en 3 días. Cuando uno se inscribe informa en que tiempo corre el 42 k y eso hace que te indiquen en que tandas salís.  Hay una salida informal sobre la base del cerro catedral en tandas de 6 personas, se los sube en Aerosillas al Cerro Catedral y bajando de las mismas, pasamos por una alfombra que activa un chip en la zapatilla que te dan el día anterior y empieza el primer tramo de 26 km que termina a orilla del lago Gutiérrez.

-Ahí te encentras con carpas abiertas que te proveen almuerzo y cena y carpas individuales (ya armadas) para pasar la noche.  Retiras el bolso que dejaste el día anterior y te asignan una carpa que es coincidente con el número de pechera.  Igualmente, en la inscripción podes elegir con quien compartís la carpa, es para 2.  Al otro día desayunas y corres 42 km que termina a orilla del Lago Frías.  Al llegar haces migraciones para tu paso a Chile  y al tercer día te esperan 34 km que se corren 31km hasta el Puerto Frías, te cruzan en un barco hasta el Puerto Alegre  y luego terminas tus últimos 3 km.  En parte del recorrido ingresas a Chile y haces aduana (se tarda 5 minutos, está todo muy organizado).  En este breve lapso se interrumpen tus tiempos, esto es, se corta en el km 31 y luego se reanuda al empezar los últimos 3.

-El recorrido es por montaña, pasas por subidas y bajadas muy pronuncias y muy extensas y atraviesas todo aquello que te ofrece nuestra Cordillera, rocas, tierra, arena, selva, árboles tirados, mucho agua, incluso pasar por ríos con agua a la cintura o a las rodillas en numerosas ocasiones.

Lo particular de esta carrera es que en dicha carrera puede haber corredores de élite y otros amateurs que corren muy bien o muy mal, o sea, muy bien, bien, mal o muy mal entrenados.  Y esto se nota en los tiempos y en los ánimos al final de carrera.  Quien gano la carrera lo hizo en un tiempo 9.32.28 y, de los que completaron la carrera (que no fueron todos) vi que el último fue el puesto fue 1193 con 33:58:35.  Luego una gran mayoría abandono la carrera o bien abandono alguna etapa no computando tiempo total.

A lo largo de la carrera hay un importante desnivel acumulado a lo largo de los 3 días de competencia, pasas por senderos con diferentes alturas que van de los 770 mts, hasta los 2080 mts (sobre el nivel del mar)

Salvo excepciones que uno percibía en plena carrera, los participantes eran consientes del sacrificio y lo duro de la carrera.  Hubo muchos abandonos los primeros días y mucha gente que abandonó en plena carrera.  Hubo otros que, aun estando bien entrenados, tuvieron dificultades en virtud que, el segundo día, de 42 km el promedio era de 8 hs aprox donde no solo debías correr y ser inteligente en caminar las subidas muy pronunciadas sino también juega un papel importante la parte estomacal en virtud que tu alimento son geles, gomas tipo mogul, turrones, barritas de cereal, etc.

-Es importante ir bien equipado y con vestimenta acorde.  Por ejemplo, las zapatillas deben ser de trail y no de calle, estas primeras son mas reforzadas en las puntas (duele menos al patear piedras) y tienen mejor agarre; llevar una mochila camel para hidratarse.  Obviamente, es una competencia que programa tu año de carrera en virtud que, al ser en febrero, hace que no corras maratones (42k) desde mitad del año.  Por ejemplo, es aconsejable no correr los 42k de Buenos Aires o Mar del Plata en virtud que el desgaste en el cruce puede ser mayor de lo pensado y el tener reserva puede hacer que sufras o disfrutes la carrera.

Cuando empezas sentís mucho miedo.  Te esperan más de 100 km en subidas, bajadas, arena, bosque y agua hasta la cintura.  Lo peor es que al final te enteras de todo, al salir supones con que te vas a encontrar pero te enteras a medida que avanzas.  En mi caso tarde más de 19 horas así que emocionalmente pase por todo.  Momento de goce y de sufrimiento alternaban a medida que sumaba km.  Pero es tanto el sacrificio para entrenar, el compromiso con el grupo que fui a correr (éramos 9) y el saber que mi esposa, padres, hermanos, sobrinos y amigos que sabían que iba a correr y me seguían por la web siempre supe que el dejar no era una opción.  Siempre fui pensando en cómo llegar y como regular la energía para que me duren los tres días.

El primer día fue el más duro para mí porque sufrí una caída en virtud de mi gran inexperiencia en bajar por montañas, el segundo corrí con todo mi grupo los 42 km y lo disfrute muchísimo y el último día corrí un poco solo en virtud que pensé que me iba a lesionar por un tirón que tuve el primer día y me propuse que, cuando me sentía bien debía correr y avanzar.  Tuve suerte y el tirón prácticamente no molestó y me dejo correr el segundo y tercer día.

Las subidas en montaña son muy duras, hay veces que no ves el final pero las bajadas son peores, a mi me parecieron más duras que las subidas.

Yo hace poco que empecé a “entrenar para correr” y hubo dos situaciones que no entendía y que ahora nos solo entiendo sino que destaco.

La primera es que escucha a distintas personas decir que el correr es una forma de vivir.  La verdad me parecía exagerada.  Para mi correr era eso, correr.  Pero sin darte cuenta, al empezar a entrenar y tomarme los tiempos, empezas a ver como podes bajarlos y ahí empezas a analizar que comes, que tomas, cuanto y como dormís.  Y todo eso termina, sin darte cuenta, condicionando tu vida.

Lo segundo que no entendía era lo importante de correr en grupo. (Mis compañeros de grupos son:  Gabriel Lodeiro; Hernan Grimaux; Marcos Marini, Valeria Spickerman, Romina Tenuta, Lorena Carmody, Mariana del Valle y Magdalena del Valle.)

Al igual que lo anterior, pensé que correr era eso y no, volví a equivocarme.  El correr (y más aún entrenar) en grupo es fundamental.  Hace a la esencia del correr.  En mi caso, al empezar sufrí una gran caída, que provocó que llegase todo lastimado al campamento del primer día.

Lo frustrado, triste y dolorido termino cuando vi que mis amigos me estaban esperando para ver como llegaba (algunos habían presenciado la caída).  Llegue y todos estuvieron a mi lado.  Quien me trajo agua, que me vio las heridas, quien busco mi bolso, etc etc.  Sin ellos no hubiese podido estar en la línea de largada el segundo día.   Así como en mi caso, ellos necesitaron el segundo día una palabra de aliento, un alimento, un empujón anímico y entre todos se los dimos.     Es importante, correr con alguien (uno o varios) que tenga tus tiempos en virtud que a lo largo de cualquier carrera sufrís muchos bajones anímicos o físicos y una palabra de alienta de un amigo te ayuda y mucho.

Es importante señalar que es imposible correr este tipo de carreras o bien maratones sin entrenar, y el entrenamiento es duro y lleva muchas horas semanales.  En mi caso, tuve toda el apoyo de mi esposa, fueron muchos los días de semana o fines de semana que “aguanto” que corriese, que me impulso a que lo hiciera, que me acompaño con su bicicleta en fin, sin el apoyo de tu compañera/o es imposible.   Sin su apoyo no hubiese podido correr mis primeros 10km.

Próximos Objetivos :

La idea es recuperarme, correr muchas medias maratones e intentar (si es posible este año) correr la Ultramaraton de Yaboty, en la Selva de Misiones, que son 100 km en un solo día.  Es difícil y no creo que pueda llegar pero voy a intentarlo.

Quiero agradecer a mis padres y hermanos que siempre están pendientes de lo que hago.

Por último, pero no menos importante, a mis compañeros de grupo.  Sin su empuje en los entrenamientos, en las carreras previas, y los apoyos en esta competencia no hubiese podido.  

“Fui con 8 compañeros y volví con 8 nuevos amigos”.