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Tribuna del lector: “Cuando creías que no estaba mirando”



Señor Director:

Con relación a su publicación del día 27 de abril “UNA REALIDAD QUE DUELE Y MUCHO…”, deseamos sumarnos y contribuir también, desde éste pequeño espacio, para que toda o gran parte de nuestra comunidad reflexione acerca de la ardua e incansable labor que lleva adelante y a diario la Escuela como institución, sin soslayar la que corresponde a la FAMILIA como primera institución educativa.


¿Quién puede negar que la familia sea la base primordial de la educación? Nadie, seguramente. Sin embargo, parecería ser que no siempre entendemos la magnitud del rol protagónico que ésta alcanza. No sólo porque constituye el cimiento, como ya dijimos, sino porque, también representa el presente y la proyección hacia el futuro. Por eso queremos compartir, a través de éste medio, la siguiente reflexión que nos enseña como nuestros hijos no solo nos escuchan…

                                CUANDO CREÍAS QUE NO ESTABA MIRANDO

Cuando creías que no estaba mirando,
te vi pegar mi primer dibujo en la heladera
y enseguida quise pintar otro.
Cuando creías que no estaba mirando,
te vi dar de comer a un gato vagabundo,
y aprendí que es bueno cuidar a los animales.
Cuando creías que no estaba mirando,
te vi preparar mi dulce preferido, especialmente para mí,
y supe que las cosas pequeñas pueden ser importantes en la vida. 
Cuando creías que no estaba mirando,
te vi preparar una comida y llevarla a un amigo enfermo,                 
y aprendí que debemos preocuparnos los unos de los otros.
Cuando creías que no estaba mirando,
te vi cuidar nuestra casa y a los que viven en ella,
y aprendí que hay que preocuparse de lo que hemos recibido.
Cuando creías que no estaba mirando,
te vi afrontar tus deberes aunque no te encontrabas bien,
y aprendí que cuando sea mayor tendré que ser responsable.
Cuando creías que no estaba mirando,
vi brotar lágrimas en tus ojos,
y aprendí que ciertas cosas hacen sufrir, pero que es bueno llorar.
Cuando creías que no estaba mirando,
veía que te desvelabas,
y quise hacer cuanto estuviera en mi mano.
Cuando creías que no estaba mirando,
aprendí la mayor parte de las lecciones de vida que tendré que saber
para ser persona buena y útil de mayor.
Cuando creías que no estaba mirando,
te miré y quise decirte: «Gracias por todo lo que vi
cuando creías que yo no estaba mirando».
Cada uno de nosotros (padres, abuelos, tías, tíos, maestros, amigos) influye en la vida de un niño.
Y lo que importa es saber de qué modo llegaremos hoy a la vida de alguna persona.
Vivamos sencillamente.
Amemos generosamente.
Cuidemos seriamente.
Hablemos amablemente.

Roma, 1 de enero de 2013, Pascual Chávez Villanueva, Rector Mayor.

A.A.G                                                                                                              DNI nº 36.313.861