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Policías demoraron a dos niñas de 12 años por confusión



Tienen 12 y 13 años, son menuditas, excelentes alumnas y recién se están asomando al mundo de los adultos. La primera salida solas no fue agradable. Terminaron 7 horas en la Comisaría, fueron abordadadas por una decena de policías en la Plaza Seca, escoltadas como delincuentes hasta la Comisaría Primera, y todo por una confusión de un joven que pensó que las niña se habían llevado el celular que había olvidado en un banco de la plaza. Vergonzoso.

 

La madre de una de las niñas (cuyas identidades no se dan a conocer para no revictiumarlas) relató que a las 18 hs. del domingo pasado le permitió ir junto a una amiga de su edad ir a la plaza San Martín y de allí a tomar un helado.

Las niñas, con su primera salida solas, iban por la calle cuando las interceptó un joven de unos 25 años que les reclamaba un celular. Se les ponía adelante, no les permitía seguir, por lo que buscaron amparo en un hombre mayor de edad a quien presentaron como su abuelo.

En una oportunidad, el joven, de apellido Fernández, les increpó que hubieran sacado el celular del banco, a lo que las chicas les respondieron que no habían entrado a ningún banco.

Compraron el helado en la calle 17, llegaron a la plaza Seca y se sentaron a descansar ya que el joven había dejado de importunarlas. De pronto, llegaron patrulleros, motos y una camioneta policial y comenzaron a bajar los uniformados.

Pensaron que era porque en un rato comenzaba la fiesta que la municipalidad habìa programado para ese domingo. Pero la sorpresa se la llevaron cuando los policías las cercaron, les exigieron el celular (no sabían de que se estaba hablando) y pretendieron subirlas al patrullero. Una de las niñas, llamó a su madre llorando.

“Me fui a la plaza Seca y me encuentro con un montón de policías rodeándolas, como si fueran delincuentes. Estaban con el vasito de helado en la mano llorando, había un patrullero, cuatro motos y una camioneta. Le exigían que se suba al patrullero porque las acusaban de robarle a un pibe de 25 años el celular de las manos”, explicó.

Indicó que una de ellas tenía una carterita con unos pañuelos descartables, el celular propio y los lentes de cada una. Se quejó del maltrato de los policías. “Le dije al policía ‘qué celular, ¿éste?’ Y le mostré el celular de  mi hija que no tiene nada. No me respondió qué celular era, pero me quiso llevar en el patrullero, me agarró del brazo para subirme”, explicó la madre.

Fueron a la Comisaría Primera. “Me seguía gritando, yo no hice nada, las nenas tampoco, no tienen porque pasearnos como si fuéramos delincuentes. Fuimos en mi moto escoltadas por ellos con la sirena, escandalosamente por detrás, un papelón terrible, me bajé de la moto y les dije que me estaban persiguiendo como si fuera delincuente”, se indignó.

Ya en el interior de la Comisaría, relató que el oficial siguió gritándole que no se hacía cargo de la educación de la hija. «Era solo un oficial el que estaba sacado, los demás se portaron bien”, aclaró.

Luego las llevaron a la Comisaría Cuarta del Menor y la Familia y estuvieron allí desde las 19 a las 2 de la madrugada. “Tomaron los datos veinte mil veces, estuve con ella continuamente … es muy injusto. Después fue el joven que había hecho la denuncia y dijo que se había equivocado de persona, me lo dijo a mí pero no fue capaz de acercarse a las nenas y pedirles disculpa”,

Para las dos niñas significó un trauma psicológico, una de ellas sufre fobia social. “Era la primera vez que salía, los padre estaban contentos porque era un avance que saliera, pero después de esto no sé como va a salir, y mi hija no quiere salir de la casa, siente vergüenza”, afirmó.

El joven había olvidado el celular en un banco de la plaza San Martín y cuando fue a buscarlo no lo halló. Le había preguntado a una pareja sentada en cercanía del lugar,  y le habían dicho que por allí se habían sentado dos niñas, una de ellas con una calza floreada y la otra con una carterita roja. El joven las identificó y las comenzó a perseguir.

Las niñas no entendían nada y pensaron que quería propasarse por eso buscaron apoyo en un hombre mayor al que hicieron pasar como su abuelo. El joven, de apellido Fernández, fue entonces a radicar la denuncia a la Comisaría Primera y los policías, en masa, fueron a demorar a las niñas que estaban sentadas en la Plaza Seca, tomando un helado.

Y entonces, comenzó el escarnio público para las dos niñas. La madre de una de ellas, radicó la denuncia contra Fernández en Fiscalía, pero le respondieron que creían que no se había cometido delito alguno.

No accionó contra los policías, porque cree que no todos son iguales. “No voy a meter a todos en la misma bolsa, pero estos quieren ganar puntos fáciles y agarraron a una nena indefensa, porque es más fácil agarrar a una criatura de doce años, que lo único que va a hacer es largarse a llorar. En la Cuarta nos trataron muy bien, pero hubo gente de la Primera que no”, concluyó.